jueves, 11 de noviembre de 2010

TEMA LIBRE DEL 4 DE NOVIEMBRE

eltiempo.com / archivo
ESTRÉS LABORAL: EL MAL DEL SIGLO
Los lunes son los días del ausentismo laboral y de los infartos. Ese día, un millón de personas no va a trabajar. Y una alta proporción de quienes asisten, mueren por problemas cardiacos, especialmente si ocupan un cargo directivo. En un día, uno de cada seis empleados holandeses no asiste al sitio de labores.

Esto se debe a la enfermedad que la Organización Internacional del Trabajo, OIT, llama la enfermedad del siglo : el estrés y, específicamente, el estrés laboral, que cada día parece tener más afiliados especialmente en los países desarrollados y los que están entrando en el ritmo del mundo moderno.

Cuando el estrés aparece afecta al trabajador, pero también amenaza el futuro de la empresa y la productividad de un país. En el Reino Unido, por ejemplo, el ausentismo laboral producto del estrés y de problemas sicológicos y afectivos produjo el año pasado pérdidas por cinco millones de libras esterlinas (cerca de 6.718 millones de pesos).

Estas situaciones, que también se presentan en Colombia, se explican por el alto índice de estrés que manejan los empleados a causa de los problemas con el jefe; de un trabajo monótono, mal organizado, con funciones ambiguas y demasiado intenso o por el cambio de horario y de hábitos laborales. Y, además, se explica porque, de unos años para acá, el cambio es la ley de la vida, de los negocios y la productividad. Todo está cambiando y el que no cambia perece. La gente, en su mente, se resiste al cambio porque es una nueva experiencia. No es fácil para una secretaria pasar de la máquina de escribir a los programas del computador , dice Raúl Gómez, sicólogo que asesora varias empresas e industrias en el manejo de la enfermedad del siglo .

Los últimos estudios elaborados en Estados Unidos y Europa demuestran que entre mejor es el estado mental y el bienestar del trabajador, es mayor el rendimiento de la empresa. Por esa razón, lo que hace sólo una semana se estableció en Colombia -que el estrés laboral dé incapacidad-, es frecuente en el resto del mundo.

En Australia, por ejemplo, las reclamaciones de personal con estrés, según un documento de la OIT, sumaron el año pasado el cuatro por ciento del total de las demandas de indemnización presentadas por los trabajadores.

Y en Estados Unidos, un estudio del Instituto de compensaciones laborales de California demostró que las demandas de indemnización por razones psíquico-mentales, incluido el estrés, habían aumentado en un 700 por ciento entre 1979 y 1988.

En Colombia son escasos los estudios sobre el tema, pero ante la situación de los empleados, ya se están empezando a estructurar programas e iniciar investigaciones para combatir el estrés.

Los sicólogos Hernán Camilo Pulido y Johana Burbano Valente, del Departamento de Psicología Organizacional de la Universidad Javeriana, dirigen una investigación sobre el transporte urbano en Bogotá y los factores que generan estrés en los conductores.

Las entrevistas a 540 conductores, de cinco empresas diferentes de transporte, revelaron que lo que más les genera estrés es la sobrecarga de funciones (conducir, recibir el dinero, entregar las vueltas, estar atentos al hueco...), el horario de trabajo -salen a las cinco de la mañana y regresan a las 11 de la noche-, la imposibilidad de estar con la familia, las horas pico , la atención al público y, especialmente, el tener que responder a cuatro jefes, el Estado, la empresa, al propietario del vehículo y al pasajero.

Los conductores están pidiendo capacitación en relaciones interpersonales y primeros auxilios porque son dos áreas que les preocupan , dicen los sicólogos.

Sería hasta bueno combatir eso, porque le parece poco tener que estar todo el día en la buseta, con esa bulla de la calles y aguantando los insultos de la gente y sus gritos de: es que me va a llevar a su casa . Lo que pasa es que la gente no entiende que uno no puede parar donde se les dé la gana , dice un conductor de Buses Azules, de Bogotá.

Ahora, algunas empresas, instituciones y organismos están recurriendo a especialistas en el manejo del estrés para solucionar el bajo rendimiento y productividad, las relaciones de tensión dentro de la empresa y la apatía en sus empleados.

Beatriz Mejía, gerente de desarrollo organizacional de Unilever Andina, (antes, Cogra Lever), organizó hace dos años en la empresa un seminario sobre estrés para que los empleados involucrados en la negociación colectiva, que en ese momento se llevaba a cabo, pudieran hacer frente a la situación. El ejercicio fue tan interesante que decidimos extenderlo a la mayoría de la compañía para que todos aprendiéramos a manejar el tiempo, a relajarnos y a definir las prioridades personales y laborales con el fin de lograr un mejor rendimiento humano y laboral , cuenta.

Un banco privado consultó a la Sociedad Colombiana de Sicología por problemas relacionados con el bajo rendimiento y las constantes incapacidades que pedían los empleados. Sabían que algo estaba pasando. Trabajamos con cajeros, personal de mantenimiento y de atención al público, por cerca de seis meses, tres de los cuales los dedicamos a combatir el estrés por medio de cambio de actitudes y modificación de conductas negativas. Logramos disminuir el nivel de incapacidad en cerca de un 70 por ciento , dice William Rodríguez, vicepresidente de la Sociedad.

La Organización Mundial de la Salud, por ejemplo, envió hace dos semanas a todas sus delegaciones en el mundo -incluida Colombia- un video y un formato sobre el estrés para que sus empleados respondieran sobre sus sentimientos acerca de la vida y el trabajo. El objetivo, mirar si sus empleados sufrían de estrés. La información se está procesando.

Oficios y estrés A Vilma, una cajera de un banco privado de Bogotá, le diagnosticaron estrés. El doctor la examinó y, físicamente, la encontró con hipertensión, la enfermedad más asociada al estrés. Cuando ella le contó que sentía un calor intenso repentino, ansiedad, desesperación, deseos de estar en la cama todo el día, taquicardia y tensión muscular, confirmó que se trataba de la enfermedad silenciosa.

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